lunes, 23 de marzo de 2009

Nació en 1940, el año de hambre, José no supe otra vida por los primeros años de su vida. Comía poco, pero en su familia él comía lo mejor porque era unos de los jóvenes y comía primero. Cuando él sufría del hambre, sabía que sus padres sufrían más.

Pero José recuerda una vez cuando él sufrió más. Una señora rica, para quien su tía trabajaba, tuvo una hija. Un año, para el cumpleaños de su hija la señora los invitó a José y algunos de sus hermanos y sus primos a la fiesta. José recuerda como él comió y comió y comió. Después del día dicho, José pasó tres días malito porque había comido demasiado. Éste es unas de las memorias de los años del hambre que José dice con mucho humor.

domingo, 15 de marzo de 2009

A siempre tener hambre. ¿Cómo sería? ¿Cómo sería a comer pan y café sin leche para desayuno, un poquito de lentejas o garbanzos para el almuerzo, y café y pan otra vez para la cena? Día, después día, después día. ¿Cómo lo haría?

Aunque es difícil a creer, miles de personas tienen hambre cada día. Cada año, 15 millones niños mueren del hambre. Más de 500 millones personas viven en lo que el Banco Mundial llama “la pobreza absoluta.” Para ellos que viven por los años del hambre en España en las cuarentas, ellos conocen el hambre. Ellos conocen cómo siente a no saber cuando o cómo venir su próxima comida.

jueves, 12 de marzo de 2009

Pequeñas historias de la crisis: Sin trabajo. (Primer borrador)

Paul es un hombre que asistió la universidad a ser ingeniero. Después de la universidad asistió la escuela de derecho y la escuela de negocios. Trabajó por 6 años para un banco y llevó a ser vicepresidente de su grupo industrial. Ahora, porque de la crisis, él está sin trabajo.

En el verano cuando algunos bancos empezaron a quebrar, el mundo empezó a darse cuenta la realidad del estado de la economía. Al primer, cuando Lehman Brothers quebró, personas dijeron que era la culpa de Lehman Brothers, pero de repente otros bancos se encontraron en los mismos problemas. El sistema financiero, de los Estados Unidos, y del mundo estaba en un desastre. La confianza en las instituciones desapareció, y sin ella las compañías no pudieron funcionar. Y sin un sector financiero fuerte otros sectores se cayeron en crisis también.

El nivel de desempleo ha crecido a un nivel que los Estados Unidos nunca han visto por muchos años. Los trabajadores sin empleo, sin embargo, no son solamente ellos sin cualificaciones. Algunos de los gran mentes no tienen trabajo porque simplemente no existen los trabajos o el dinero a pagar ellos. Ellos trabajaban en trabajos de gran compañías, pero estas compañías han desaparecido porque el crisis. Ellos han sido trabajo por meses y todavía no hay “un luz al final del túnel”. Las compañías que todavía existen no saben que va a pasar en el futuro y no quieren contratar más empleados. No tiene el dinero. No tienen los empleos. No tienen ganas a arriesgarse el futuro. Mucho gran talento, por eso, está sin empleo. Una crisis afecta todo. En una crisis los grandes se cayeron también.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Una vida en los márgenes

En un aula sin mucha decoración y con pósters que proyectan frases de motivación vital o sobre el valor de la educación, con pupitres organizados de forma caótica, hay 16 estudiantes charlando en voz muy alta. Todos están alegres al escapar de las clases por un ratito para hablar con un grupo de extranjeros que quieren conocer sus vidas.

Uno de los chicos es alto y atlético. Junto a sus dos amigos y detrás de un grupo de chicas coquetas, parece bastante popular, el típico deportista con el que todas las chicas quieren ser vistas. Pero Raúl no es exactamente así. "No me gustan mucho los deportes," confiesa. "No juego al fútbol ni lo veo mucho en la televisión. Paso el tiempo con mi música. Toco el teclado y disfruto haciendo y escuchando regetón, flamenco y salsa - la música española."

Asiste al Instituto Ramón Carande, situado justo al lado del Polígono Sur, la zona de más marginación de Sevilla. Con 17 años, es uno del los mayores en la escuela. Aún le queda un año más en el instituto, antes de entrar en la universidad, pero Raúl no quiere. Es lo normal. Sólamente el veinte por ciento de los estudiantes que se gradúan cada año del instituto acceden a ella.

La educación en España es obligatoria hasta los 16 años, de los cuales, los estudiantes del Ramón Carande pasan en el Instituto los últimos cuatro. Sus edades están comprendidos entre los 12 y los 18 años. Cada curso los estudiantes reciben seis clases distintas sobre materias como las ciencias, las matemáticas, la literatura, la historia, la educación física o los idiomas. Raúl ha tomado clases de inglés, así que nos hace una pqueña demostración, "Hello, my name is Raúl."

"La clase es una broma. Yo nunca hago mi tarea. Cuando voy a la clase, copio la tarea de un compañero." De nuevo, este tipo de conducta parece la norma. Los estudiantes no quieren estudiar.

Raúl vive muy cerca del instituto, en un piso pequeño junto a sus padres y a su hermano. Tiene suerte de tener una vida familiar más o menos normal. Uno de los grandes problemas de los estudiantes de R. Carande es la desestructuración de sus familias. Otro, no solamente de los estudiantes sino también del barrio en el que viven, son las drogas.

"Yo empecé a beber y a fumar cuando tenía 12 años. Sí, es ilegal, pero no es difícil comprar esas cosas. Era fácil que un chico mayor que yo me las comprará," dice Raúl. "Hay también mas drogas. Hay mariguana, heroína, coca, y más. Cuando var por las calles del barrio ves a algunos chicos con Mercedes o BMW. Chicos jóvenes. Chicos que ganan mucho con las drogas. A mí, el barrio no me parece inseguro, pero es porque yo soy parte del barrio. Si un forastero va por las calles de mi barrio por la noche, no estaría seguro. Pero para mí es el hogar."

A pesar de eso, Raúl espera tener otra vida en el futuro. En vez de asistir a la universidad o coger un trabajo después de graduarse, Raúl tiene otro deseo. Querría ser mecánico, y para ello espera asistir a una escuela técnica para aprender sobre los coches.

"Cada verano vivo en Chipiona con mi novia, y me encanta la ciudad." comenta. "Éste es mi deseo para el futuro. Quiero ser mecánico y vivir en Chipiona. Esa sería la vida, vivir en la playa."




lunes, 9 de marzo de 2009

Errores de geografía

El fin de semana pasado yo fui a la ciudad de Granada, una ciudad que todas nuestras madres de la casa describen con la palabra: preciosa. Hablé con mis padres en el ordenador la noche del sábado. Les dije que yo vi las Sierra Nevadas porque Granada está en las montanas y en el fondo puede ver algunos de las montanas con la niebla. Mi padre me dio una mirada un poco extraño y me dijo: “¿Cómo, las Sierra Nevadas?” Mi madre rió y dijo, “Él piensa que las Sierra Nevadas solamente estén en California.”